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VEHÍCULOS AL FINAL DE SU VIDA ÚTIL

¿Qué son los vehículos al final de su vida útil (VFU)?


Vehículos fuera de usoVehículos fuera de uso Los vehículos al final de su vida útil (VFU) son aquellos vehículos que se han convertido en residuos, es decir, que su poseedor haya desechado o tenga la intención u obligación de deshacerse de ellos, y siempre que se entreguen a un Centro Autorizado de Tratamiento (CAT) y éste expida un certificado de destrucción.

El Real Decreto 20/2017 ha sido derogado por el Real Decreto 265/2021, de 13 de abril, sobre los vehículos al final de su vida útil (descargar en "ficheros disponibles"). Sus objetivos son prevenir la generación de residuos procedentes de los VFU, regular su recogida, descontaminación y otras formas de tratamiento para mejorar la eficacia de la protección ambiental a lo largo del ciclo de vida de los vehículos. Entre otras estipulaciones, esta normativa obliga a los fabricantes de vehículos a tomar medidas de prevención en el proceso de fabricación, como limitar el empleo de sustancias peligrosas, diseñar y fabricar los vehículos de manera que se facilite el desmontaje, la descontaminación y la valorización o incluir materiales reciclados en la fabricación de los vehículos.




¿Dónde se generan?


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En España, anualmente, se dan de baja alrededor de 850.000 vehículos, que dejan de ser un producto y se convierten en residuo cuando sus poseedores los entregan en un Centro Autorizado de Tratamiento de VFU (CAT) y éste expide el certificado de destrucción.


¿Qué características tienen?


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En el ámbito de aplicación del Real Decreto 20/2017 se incluye a todos los que vehículos que cumplen una de estas condiciones:

  • El vehículo de motor concebido y fabricado principalmente para el transporte de personas y su equipaje que tenga, como máximo, ocho plazas de asiento además de la del conductor (categoría M1);
  • El vehículo de motor concebido y fabricado principalmente para el transporte de mercancías cuya masa máxima no sea superior a 3,5 toneladas (categoría N1);
  • Y el vehículo con tres ruedas simétricas (categoría L5e) y con un motor cuya cilindrada sea superior a 50 cm3 para los motores de combustión interna, o con una velocidad máxima por construcción superior a 45 km/h, con exclusión de los ciclomotores.


Las mencionadas categorías M1, N1 y L5e se definen en el Reglamento (UE) n.º 678/2011 de la Comisión, de 14 de julio de 2011, que sustituye el anexo II y modifica los anexos IV, IX y XI de la Directiva 2007/46/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, por la que se crea un marco para la homologación de los vehículos de motor y de los remolques, sistemas, componentes y unidades técnicas independientes destinados a dichos vehículos (Directiva marco).


Se considera Vehículo al final de su vida útil: Todo vehículo del apartado anterior al que le es de aplicación la Ley 22/2011, de 28 de julio.


Se excluyen todos los vehículos de época o históricos, con valor de colección o destinados a museos, en funcionamiento o desmontados por piezas.


Vehículos fuera de usoVehículos fuera de uso Los agentes económicos implicados en la gestión de estos residuos son tanto los fabricantes e importadores como los concesionarios, distribuidores, compañías de seguros de vehículos, instalaciones de recepción, talleres de reparación, centros autorizados para la descontaminación o tratamiento de vehículos, así como empresas que realicen operaciones de valorización o eliminación de vehículos o sus componentes. Los principales agentes económicos de la cadena de tratamiento de los VFUs en España han constituido la asociación española para el tratamiento medioambiental de los vehículos fuera de uso (SIGRAUTO), que se encarga de velar por que la gestión de estos residuos se haga de forma medioambientalmente correcta.

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¿Por qué se deben gestionar adecuadamente?


Vehículos fuera de usoVehículos fuera de uso La prevención de estos residuos es uno de los objetivos que persigue el Real Decreto 20/2017, pero ha de hacerse a través de las medidas de prevención de los fabricantes, ya que alargar en exceso la vida útil de un vehículo no siempre está del lado de la seguridad del conductor.


Una vez generados, la correcta gestión de estos residuos pasa por su descontaminación, la separación de las piezas y componentes que puedan ser reutilizados y el reciclaje de calidad los materiales y componentes que los conforman, hecho que comporta un ahorro de energía, emisiones y materias primas, consiguiendo los siguientes beneficios:

- Correcta gestión de todos los elementos que confieren al vehículo su condición de residuo peligroso evitando así cualquier contaminación al suelo o a las aguas.

- Cierre del ciclo de los residuos de los VFU con su reciclaje y posterior utilización para producir nuevos productos, en substitución de las materias primas.

- Reducción del consumo de agua y electricidad.

- Reducción del volumen de residuos enviados a vertedero.

- Reducción de las emisiones de CO2.

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¿Cuál es su ciclo de gestión?


Vehículos fuera de usoVehículos fuera de uso Las distintas normativas en materia de gestión de vehículos al final de su vida útil establecen que los vehículos deben ser entregados en primera instancia a un centro autorizado de tratamiento para ser descontaminado y que se reutilicen todas aquellas piezas y componentes que aún sirvan para el mismo fin para el que fueron creadas. Posteriormente, el vehículo, una vez descontaminado y desmontado, debe ser enviado a plantas fragmentadoras y de separación de materiales para la recuperación y reciclado de los distintos componentes metálicos (férricos y no férricos) y no metálicos que contiene.

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Cadena de tratamiento de los VFUs


La normativa vigente en materia de gestión de residuos establece una jerarquía en cuanto a las posibles vías de recuperación de los distintos residuos y su objetivo es minimizar el impacto ambiental de este proceso.

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Jerarquía de Residuos


Como puede comprobarse en el gráfico anterior, el proceso de tratamiento que siguen los vehículos al final de su vida útil (VFVUs) está en perfecta concordancia con dicha jerarquía.

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¿Cómo se pueden prevenir?


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El desgaste y, sobre todo, los accidentes de tráfico hacen la tarea de la prevención de estos residuos más complicada que en otro tipo de residuos, y sin embargo la reutilización de los componentes de los VFU es algo habitual, gracias a la correcta gestión que se hace de estos residuos.



¿Cómo se recogen?


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Los VFU se recogen en los centros autorizados de tratamiento, donde el poseedor acude para solicitar el certificado de destrucción expedido por estos centros. Allí el vehículo es descontaminado, y ya está listo para iniciar la fase de tratamiento.


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¿Cómo se tratan?


El esquema de tratamiento de los VFU está resumido en el siguiente esquema.

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Vehículos fuera de usoVehículos fuera de uso Los VFU entregados en un Centro Autorizado de Tratamiento (CAT) son sometidos a distintas operaciones de tratamiento siendo la primera de ellas, de forma obligatoria, la descontaminación. La descontaminación es la retirada y extracción del vehículo de todos los líquidos y elementos peligrosos. Estos son los aceites hidráulicos, aceites del motor, del diferencial y de la caja de cambios (salvo que se reutilice el bloque completo, en cuyo caso mantendrá lubricado) combustibles, líquidos de frenos, anticongelantes, filtros, baterías, etc. A continuación, los vehículos pasan a la fase de desmontaje, donde se les extraen las piezas y componentes que pueden ser usadas por otros vehículos como repuestos. También se separa la parte metálica de los componentes plásticos. La parte metálica se lleva a una fragmentadora, donde es triturada. Allí se recuperan diferentes fracciones, como metales férricos y no férricos, plásticos, neumáticos o vidrio. El rechazo se pasa por un planta de medios densos donde se intentan recuperar las fracciones más pequeñas de metales férricos y no férricos o vidrio. Todas estas fracciones recuperadas se mandan a gestores que se dediquen específicamente al reciclaje.




¿Qué aplicaciones tienen los materiales recuperados?


Vehículos fuera de usoVehículos fuera de uso Como ya se ha señalado anteriormente, hay tres vías de recuperación que son la reutilización, el reciclado y la valorización.


Así, tendremos algunas piezas y componentes que son reutilizadas ya que sirven para lo mismo que fueron fabricadas y que es la forma más beneficiosa desde el punto de vista medioambiental para recuperar un material.

Después vendría el reciclado que básicamente consistiría en transformar parte de los materiales de nuevo en productos, materiales o sustancias, tanto si es con la finalidad original como con cualquier otra finalidad. Aquí podemos pensar en los metales, que se reciclan al 100% y sirven para volver a producir otra vez cualquier tipo de producto. Así el acero de la chapa puede acabar siendo una viga para una casa, una puerta de una nevera o cualquier otro elemento de acero, el cobre de los cableados puede volver a ser utilizado en esa misma aplicación o en cualquier otra como puede ser la fabricación de tuberías. También hay otras partes no metálicas como los neumáticos que pueden acabar sirviendo para fabricar el pavimento de un parque infantil, o puede acabar como parte del asfalto de una carretera, etc.

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En el caso de las baterías de arranque de plomo-ácido el ciclo del plomo es, en cambio, prácticamente un ciclo cerrado puesto que se recupera prácticamente al 100% y se vuelve a utilizar casi la práctica totalidad en la fabricación de nuevas baterías.

Por último, estaría la valorización que es cualquier otra operación cuyo resultado principal sea que el residuo sirva a una finalidad útil al sustituir a otros materiales, que de otro modo se habrían utilizado para cumplir una función particular, o que el residuo sea preparado para cumplir esa función en la instalación o en la economía en general. Aquí nos encontramos con que, por ejemplo, parte de los revestimientos y los acolchados de los asientos pueden acabar sustituyendo al coque de petróleo como combustible en un horno de cemento u otras opciones donde lo que se está aprovechando es principalmente el valor energético del material.

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Proceso que debe seguirse para la tramitación de la baja de un vehículo fuera de uso.

(Ver documentos adjuntos en esta página)


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La tramitación de la baja definitiva de los vehículos afectados por el Real Decreto 20/2017 sólo puede llevarse a cabo en los Centros Autorizados de Tratamiento (CATs).


El titular de un vehículo que vaya a desprenderse del mismo queda obligado a entregarlo a un CAT, bien directamente o a través de una instalación de recepción.


En cualquier caso, la entrega del vehículo no supondrá coste alguno para su titular cuando el vehículo carezca de valor de mercado o éste sea negativo, siempre que contenga, al menos, la carrocería y el grupo motopropulsor y que no incluya otros elementos no pertenecientes al mismo ni se le haya realizado ningún tipo de operación previa de desmontaje de piezas o componentes.


El CAT en el que se vaya a descontaminar y tratar el vehículo emitirá el certificado de destrucción, que entregará al titular del vehículo, bien en el momento de la entrega del vehículo en el CAT, o a través de la instalación de recepción de vehículos, cuando el vehículo se entregue ahí.


Este certificado constituirá el justificante de la entrega y puesta a disposición del vehículo para su descontaminación y deberá cumplir los requisitos mínimos establecidos en el anexo III.


Este certificado justificará la baja definitiva en circulación del vehículo en el Registro de Vehículos de la Dirección General de Tráfico, a cuyo efecto el CAT emisor realizará la tramitación electrónica de la baja del vehículo según lo establecido en la Orden INT/624/2008, de 26 de febrero, por la que se regula la baja electrónica de los vehículos descontaminados al final de su vida útil.

Los CAT podrán cumplir las obligaciones de registro documental e información previstas en el Real Decreto 731/1982, de 17 de marzo, sobre control de los establecimientos dedicados al desguace de vehículos de motor, mediante la transmisión telemática al Registro de Vehículos de la Dirección General de Tráfico, a que se refiere la Orden INT/624/2008, de 26 de febrero, acorde con el procedimiento que se determine reglamentariamente por el Ministerio del Interior.

La emisión del certificado de destrucción da lugar a la obligación de descontaminación del vehículo al final de su vida útil en el plazo de treinta días.


Desde el 24 de Junio de 2007 queda eliminada la tasa por anotación de la baja en el Registro General de Vehículos de la Dirección General de Tráfico cuando esta se tramita a través de un CAT.


Excepciones por las cuales la baja definitiva de un vehículo debe tramitarse en la Jefatura Provincial de Tráfico correspondiente:

• En los casos en los que el vehículo no exista por cualquier circunstancia. No cabe dar de baja definitiva un vehículo en estos supuestos con la simple aportación de una declaración jurada.

• En los casos en los que se vaya a tramitar una baja definitiva de un vehículo por traslado a otro país.

• En los casos en los que se vaya a tramitar una baja definitiva de un vehículo de época o histórico, con valor de colección o destinado a museos, en funcionamiento o desmontado por piezas.



Vehículos fuera de usoVehículos fuera de uso Ordenanza de Limpieza y Gestión de Residuos del Ayuntamiento de Móstoles (BOCM 10/08/13)


Sección 4ª. Vehículos abandonados.


Artículo 46.Tratamiento como residuo doméstico.


1. Los vehículos que se encuentren en alguno de los supuestos contemplados en el artículo 86.1 de la Ley 18/2009, de 23 de noviembre, por la que se modifica el Texto Articulado de la Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, aprobado por Real Decreto Legislativo 339/1990, de 2 de marzo, en materia sancionadora, tendrán el tratamiento de residuo doméstico y se tramitará conforme a dicha legislación.