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  • Gracias a la labor humanitaria de personas como Eduardo Propper de Callejón y Bernardo Rolland de Miota, en Francia; Santiago Romero Radigales, en Grecia; Julio Palencia, en Bulgaria; José de Rojas, en Rumanía; Ángel Sanz Briz y Jorge Perlasca, en Hungría, varios miles de judíos lograron salvar su vida y preservar su libertad.



cartel exposición visados libertadImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextocartel exposición visados libertadEl Museo de la Ciudad acogerá, del 14 de enero al 9 de febrero, la exposición 'Visados para la libertad. Diplomáticos españoles ante el Holocausto'.


Promovida por la Concejalía de Seguridad, Convivencia, Cultura y Transición Ecológica y con entrada gratuita, esta muestra, que pertenece al fondo de exposiciones itinerantes del Centro Sefarad Israel, es un homenaje a los diplomáticos españoles que durante la II Guerra Mundial y por propia iniciativa ayudaron a los judíos perseguidos por el nazismo.


"Gracias a su labor humanitaria, varios miles de judíos lograron salvar su vida y preservar su libertad. Su comportamiento constituye una prueba de que siempre es posible resistir a la injusticia y a la barbarie", explican los organizadores.


Entre 1939 y 1945, miles de judíos víctimas de las leyes raciales nazis pudieron salvar su libertad y sus vidas gracias al compromiso ético y a la labor humanitaria que, por propia iniciativa y en circunstancias muy adversas, desarrollaron diplomáticos españoles destinados en territorios bajo administración alemana o de los gobiernos colaboracionistas de los países ocupados.


Eduardo Propper de Callejón y Bernardo Rolland de Miota, en Francia; Santiago Romero Radigales, en Grecia; Julio Palencia, en Bulgaria; José de Rojas, en Rumanía; Ángel Sanz Briz y Jorge Perlasca, en Hungría, "actuaron de forma valiente y decidida y aprovecharon las relaciones de amistad hispano-alemana para hacer valer la protección consular española y ayudar a los judíos perseguidos".


"La historia del Holocausto no es sólo la de los verdugos y sus víctimas. Hubo también quienes no quisieron ser espectadores pasivos de la tragedia y sintiéndose interpelados por su conciencia, decidieron actuar e implicarse. Entre ellos están los héroes, los que arriesgaron sus vidas o incluso las sacrificaron, para salvar las de otros. Pero también hay otro grupo de individuos cuya gesta fue más modesta, aunque no por ello menos merecedora de recuerdo y tributo: los que aprovecharon el margen de influencia que les permitía su posición o profesión para proteger y auxiliar en lo posible a los judíos condenados al exterminio en Europa", añaden desde el Centro Sefarad Israel.