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Autoempleo

“Una experiencia distinta”

Aquí una peluquera hecha a sí misma. Natalia Bravo empezó a laborar a los 15 “barriendo y lavando cabezas”; con el tiempo, los cursos al vuelo y muchas horas de tijera y secador pasó de las probaturas a los encargos desafiantes. “Nunca he estado en paro en mi vida: antes de dejar una peluquería ya tenía otra”, resalta. A la última, Glamour, llegó ya como oficial de peluquería y dio un paso más: se convirtió en su propia jefa aprovechando que la dueña del establecimiento se jubiló. Autoempleo: “Es una experiencia distinta: no estás atada a jefes pero supone más comezón, porque tiene que llegarte para todos los pagos”, dice. 

Conocimos a Natalia Bravo por el servicio municipal de asesoramiento a los emprendedores. “Cuando decidí hacerme cargo de la peluquería, acudí al Ayuntamiento a pedir información y allí me ayudaron con todo”, resume. Sobre cómo manejar el timón del negocio no necesitaba consejos: llevaba en Glamour cinco años y era “una gran oportunidad” quedarse con un establecimiento ya montado y con clientela propia. Lo de fintar a la crisis ya sería otra historia. “Nos está haciendo daño, como a todos, y la gran preocupación cada mes está en que te llegue para todos los pagos: alquiler, seguros sociales, la nómina de la empleada, y la mía, que tengo un hijo que mantener”, encadena.

 

Síntomas, esfuerzo y trayectoria

“En 2010 hemos notado mucho los momentos difíciles, las clientas son fieles pero acuden menos veces”. No es un reproche, sino la descripción de “un síntoma: todo está fatal, cada vez hay más personas en el paro y la gente tiene que prescindir de cosas”. “En este barrio (El Soto) siempre hemos estado a tope de trabajo, de irnos a comer a las cuatro de la tarde; pero en un par de años el negocio ha dado un bajón a la mitad”. Lo de esforzarse para superar el momento crítico no coge de nuevas a quien a los 25 años de edad ya lleva 10 trabajando y que no ha estado nunca inactiva. “No estudié peluquería. Me puse a currar con 15 años, a barrer la peluquería y lavar cabezas; trabajé en cuatro o cinco sitios y con el tiempo me fueron dejando hacer, me mandaban a algún curso con gente ya más importante y así hasta hoy, sin parar”.

Bonos, adolescentes y “tele”

La condición de comercio de barrio da a Glamour cierta seguridad -“la gente nos conoce de años”- pero también le limita. De ahí que Natalia esté barajando promociones y otros planes para conseguir clientela extra. Por ejemplo, bonos de fidelidad y descuento en tinte, corte y peinado para el público adolescente de todo Móstoles. “Últimamente se lleva el pelo largo o con extensiones”, nos cuenta. “La tele es la que marca tendencia, las actrices que salen en las serie y otros programas”. Natalia, siempre al tanto, espera que en 2011 el trabajo no le deje tiempo vacante para ver demasiada televisión.

Peluquería Glamour
C/ Joaquín Blume, 10 (El Soto)
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En movimiento

Nueva vitalidad empresarial

Si tienes un proyecto de negocio prometedor, el Vivero de Empresas del Ayuntamiento de Móstoles te ofrece una alternativa a la frustrante idea-en-un-cajón: un despacho asequible, si estás listo para empezar, o una plaza en la incubadora, si tu plan necesita un hervor más. El vivero, en el parque empresarial Móstoles Tecnológico, estará construido “en unos tres meses”, según el alcalde, Esteban Parro. Y la selección de los aspirantes comenzará en febrero, en el centro cultural Villa de Móstoles, a cargo de técnicos de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). Alquiler a precio de coste, asesoramiento especializado y una vitalidad superior: el 98 por ciento de las empresas en vivero cumplen al menos dos años, frente al 60 por ciento de supervivencia de los negocios que florecen por su cuenta.

La URJC, la Asociación de Jóvenes Empresarios y la Empresa Municipal de Promoción Económica (Empesa) se encargarán de la captación de aspirantes. En el vivero habrá 16 despachos para los emprendedores a punto, más las salas disponibles para reuniones y presentaciones, y la incubadora con capacidad para “unos 40 o 50 proyectos” que necesiten cuajar. El vicerrector de Información y Comunicación de la Universidad, Francisco Blanco, detalló que la incubadora será un espacio práctico con sillas y mesas donde los emprendedores perfeccionarán su plan de negocio con ayuda de los técnicos.

Empleo, descartes y respaldo

El vicerrector dijo que un vivero “no es un sitio de empresas barato, sino una herramienta activa para crear empleo”. “Lo bueno de un vivero es que, si una idea no funciona, lo detectamos en las primeras sesiones”, comento el vicerrector, satisfecho por que las ideas inviables se descarten sobre el papel, para “evitar que los emprendedores pierdan su dinero”. Por el contrario, cuando un proyecto sea viable, el neoempresario recibirá toda clase de apoyo, incluida la búsqueda de financiación a través de Avalmadrid, entre otras fórmulas. “Hace falta que el proyecto sea bueno y que cree empleo”, terminó el emisario de la URJC, dejando patente que el vivero no será un lugar para las ocurrencias.

 

“Referencia” y “sueños”

El regidor manifestó que el vivero quiere ser “una espacio de referencia sobre el empleo”, de ahí la idoneidad de la ubicación, el parque empresarial Móstoles Tecnológico. El plazo límite de estancia en cada despacho será de dos a tres años, lo justo para propiciar el arranque del proyecto y el primer rodaje inicial, y luego dejar el espacio a otro mostoleño con iniciativa. ¿Alquileres? “A precio de coste, calculo que será de un 25 o un 50 por ciento de lo que le costaría al empresario conseguir un espacio por su cuenta”, dijo Parro. El objetivo primordial es que “los mostoleños no aparquen sus sueños por culpa de la crisis, que sepan que emprender sigue siendo bueno y que en el vivero tendrán espacio para cumplir sus sueños”. El alcalde recordó la alabanza que “un ministro del Gobierno de España” hizo a la iniciativa del Ayuntamiento de Móstoles por haber empleado financiación estatal (Plan E) para construir el vivero con el que se creará empleo.

 

Empresa, futuro, educación

En la firma del convenio, el rector de la URJC, Pedro González-Trevijano, comparó los tiempos no tan remotos (“15 o 20 años”) en que las universidades y las empresas vivían “casi de espaldas”, con la disposición actual a colaborar. Como muestras simbólicas, mencionó la Cátedra de Políticas Emprendedoras y el vivero que la URJC gestiona en su campus de Vicálvaro para el Ayuntamiento de Madrid. Para aquilatar su tesis citó una frase reciente de Bill Gates, “no se puede construir la economía del futuro sin la educación”, y dijo que el cofundador de Microsoft vería algo de “esa convicción” en el acuerdo entre el “ejemplar y cercano” Ayuntamiento de Móstoles y la “joven, dinámica y pujante” Universidad Rey Juan Carlos para el vivero.

 

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Soy de Móstoles

Móstoles premia a los jóvenes más creativos

¡Ya están aquí los Premios Distrito Joven 2011!, con ganas de “reconocer y potenciar” a los mostoleños más creativos. En esta segunda edición la Concejalía de Juventud ofrece 1.600 euros y proyección pública a los mejores de la música, el baile y la danza, y las artes plásticas. El jurado no se equivocó con los triunfadores de la edición anterior: los metaleros Soma’s Cure han grabado su primer disco, los bailarines Irene y José Conesa han sido campeones de España de clubes y la escultora Isabel Martín acaba de exponer en el Caleidoscopio sus “Etnografías”. Este año también habrá Reconocimiento para jóvenes cuya trayectoria merezca un aplauso público; precisamente, el elegido el año pasado, Alejandro Cavadas, acaba de convertir en empresa su pasión por el teatro. El esfuerzo y la ilusión nunca fallan.

El Premio Distrito Joven de la Música va destinado a grupos, solistas, orquestas, cantantes, dj’s y creadores de música instrumental, entre los posibles perfiles. Los aspirantes necesitan un repertorio de media hora como mínimo y al menos uno de los músicos debe tener de 14 a 35 años y residir en Móstoles. Con el formulario de inscripción, disponible en los webs www.mostolesjoven.es y www.mostoles.es, y en el Espacio Joven Ribera (Pintor Ribera, 15), los candidatos deberán entregar una biografía, una fotografía “actualizada”, copia del deneí y tres canciones en cedé, vídeo o en casete (nada de tarjetas de memoria ni pendrives o similiares).

“Desarrollo musical”

En juego está un premio de 1.600 euros que el ganador destinará a “su formación o desarrollo profesional y musical”. De hecho, junto al formulario de inscripción cada grupo o solista habrá de consignar “una breve explicación de a qué actividad formativa pretende dedicar el importe del premio”. Cuando se cierre el plazo de presentación de candidaturas (40 días hábiles desde la publicación de las bases), un jurado seleccionará los grupos que pugnarán por el galardón en un concierto. En la primera edición, parte de los músicos actuó en la plaza del Pradillo, un sábado por la tardenoche, y el resto de elegidos mostró su calidad en la sala TAF, a salvo del aguacero.

Los triunfadores del Premio Distrito Joven de Música 2010 fueron Soma’s Cure, que acaban de grabar su primer disco, “Parseval”. “Es un ciudad inventada cuyo nombre iba muy bien para el estribillo de una canción”, cuenta Txema, cantante del grupo. Borja, Darío, Víctor y Álvaro ponen música contundente a temas que, como “Parseval”, hablan del valor de las convicciones frente al miedo y la desconfianza, entre otros asuntos.

Convicciones, Caracol y teorema

El álbum consta de seis canciones y un bonus acústico, todo grabado en Sadman Studios y masterizado en Finnvox, en Finlandia. El disco se puede adquirir en The Skate Corner (c/ Amapola, 8, local 2), en el barrio de Los Rosales. No es la única noticia generada por Soma’s Cure últimamente; esta banda de metal actuará el 19 de febrero en la sala Caracol, en la capital, junto a grupos de enjundia. La contratación se gestó de forma sorpresiva, inesperada: Txema se topó en la red social Tuenti con un promotor festivalero y se decidió a mandarle un vídeo de la actuación de Soma’s en las últimas fiestas patronales de Móstoles; el individuo no sólo le contestó sino que le dijo que le había gustado “la versatilidad” del grupo y le propuso el bolo en la sala Caracol. Pudiera ser el principio de una larga colaboración. Otra curiosidad: dicen los músicos que cuando eligieron Parseval no sabían que era el nombre de “un teorema”…

Valores en danza

El Premio Distrito Joven de Baile 2011 pondrá en danza a los mejores bailarines de Móstoles. Habrá pretendientes de todos los estilos, del clásico al urbano, pasando por el regional. En individual y en grupo. Eso sí, al menos uno de cada deberá acreditar la residencia en Móstoles y una edad entre los 14 y los 35 años. La documentación exigida es la misma que para los músicos, además del material audiovisual sobre el trabajo y el estilo del grupo o el solista, actuaciones, ensayos y cualquier otra muestra para que el jurado pueda emitir una opinión inicial. El premio será de 1.600 euros y los seleccionados actuarán con público cuando la Concejalía de Juventud determine.

Crisis, sacrificio y motivación

El año pasado ese baile en vivo se celebró en el centro sociocultural Joan Miró. Actuó una decena de formaciones y el jurado elevó a los hermanos Conesa, Irene y José, que llevan 10 años de disfrute y sacrificio con el baile, entre ensayos, competiciones y estudios. En el día de las fotos para los II Premios Distrito Joven nos contaron que el baile en la Comunidad de Madrid “está fatal: hay pocas parejas y, como es una actividad cara y muy sacrificada, alguna gente lo está dejando por la crisis”; pese a todo, Irene y José no han perdido las ganas; “acabamos de ganar el Campeonato de España de Clubes y estamos más motivados que nunca para el Campeonato Europeo de Formaciones”.

Pintura, escultura, fotografía…

Vamos con el Premio Distrito Joven de las Artes Plásticas: 1.600 euros para el mejor trabajo en pintura, escultura, fotografía o vídeo, por citar las disciplinas principales. No hay límites en técnica, estilo ni tamaño de la obra ni en el soporte. “Y las obras pueden utilizar sonidos, luces, vídeos y movimientos mecánicos o eléctricos”, apostillan desde el área municipal de Juventud, que encabeza la concejal Eva Sánchez. El jurado hará una selección inicial de las obras que se expondrán en el Museo de la Ciudad y allí los artistas tendrán que defender su trabajo ante los especialistas, en el día marcado. El año pasado consiguió unanimidad Isabel Martín con la escultura Pandora; su última exposición, “Etnografías”, en el centro sociocultural Caleidoscopio, ha dejado patente la evolución de esta joven artista: máscaras rituales minúsculas, criaturas de pesadilla en bronce, fotograbados, islas de resina con polvo de bronce, quimeras e incluso alguna levitación. 

Reconocimiento y “avance”

Esta modalidad de los Premios Distrito Joven no tiene dotación económica pero sí un gran valor simbólico: compiten por el Reconocimiento jóvenes avalados por al menos 20 personas al tanto de su labor y que quieren que todo Móstoles la conozca. En 2010 fue compartido: entre José Manuel García, operario de la limpieza urbana, y Alejandro Cavadas, director de teatro, docente y, desde hace muy poco, empresario; con sus compañeros de andadura en las tablas María, Miguel y Fran Valcarce ha convertido el grupo Melpómene en una compañía de producción y organización de eventos. Ellos gestionan las clases de teatro “en el 80 por ciento de los institutos de Móstoles” y buscan actividades de expansión como “clases de interpretación para ejecutivos de medianas y grandes empresas; les enseñaremos a improvisar y organizaremos talleres para combatir el estrés”, avanza Alejandro. “El primer año está siendo difícil pero ha sido un gran cambio; empecé con el grupo de teatro hace 5 años y cobraba como voluntario; ahora tener nuestra propia empresa y un sueldo es un gran avance”.

Información e inscripciones:
Espacio Joven Ribera
C/ Pintor Ribera, 15
Teléfono Joven: 91-618-16-16
Correo: cidoj@ayto-mostoles.es
www.mostolesjoven.es; www.mostoles.es

 

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vivienda

 

El arte del esfuerzo y la constancia

En el instituto Rayuela de Móstoles, el único del sur con bachillerato de Artes Escénicas, Música y Danza, quieren “desterrar la imagen del artista desordenado”. La constancia y el esfuerzo están entre las musas de la primera promoción de cantantes, bailarines, actores y músicos del Rayuela. “Nuestro concepto de artista es el de una persona humilde, que se hace con el tiempo”, expresó el director del centro, Daniel Río, convencido de que el éxito es para “los que trabajan más y trabajan bien”.

“Esperamos veros triunfando, que no es sólo salir en la televisión sino que podáis vivir de lo que queréis”, les dijo el joven director a los alumnos en la fiesta de presentación de este bachillerato que lleva un año en marcha. Un tiempo corto pero válido ya para comprobar que es una formación exigente, como demuestra que el bachillerato se estrenó con alumnos para tres aulas y en el segundo año sólo quedan dos grupos. Lo explica el jefe de estudios, Jaime Álvarez: “Se han quedado en el camino los que pensaban que iba a ser un bachillerato flojo”. Ni los cuatro años de plazo para aprobar dos cursos han evitado las deserciones de alumnos que no asimilan “que la educación reglada es la que abre puertas”. Los egos elefantiásicos tampoco ayudan. “Yo no me llamo historiador hasta que no investigo y creo muy precipitado sentirse algo sin razón; yo les digo a los alumnos que artistas tocados por la mano de Dios hay tres y que los demás se hacen con trabajo, trabajo y trabajo”.

Mentes “dispersas” y dinámica universitaria

Advierte Álvarez de la paradoja de alumnos que no estudian para un examen de literatura “y que luego leen a autores como Virgilio en un pasillo”. Los encuadra en el grupo crítico de “mentes dispersas que tienen que ser recolocadas”. Por su especialidad, al Rayuela acuden alumnos de todo el sur de la región madrileña y de otras comunidades como Extremadura, Castilla-La Mancha e incluso la Canaria; para algunos de ellos el desafío de este bachillerato es extra: “Se alejan de su casa y viven con familia aquí en Madrid o en un piso de estudiante; la suya es una dinámica de universitarios pero con sólo 15 o 16 años de edad y muchos no están preparados”. Las pegas no son para avalar conformismo sino para agigantar el mérito de esos 70 estudiantes que siguen adelante y que quedarán registrados como la primera promoción de bachillerato de Artes Escénicas, Música y Danza del Rayuela. En la presentación, a la que acudieron las concejales de Educación y Cultura, Mirina Cortés, y de Juventud, Eva Sánchez, se vieron en directo los progresos de los nuevos artistas en baile, jazz, canto y teatro (el grupo estable del centro, Arcadia, que se atrevió con “Picnic”, de Fernando Arrabal).

“Ilusión”, escenario “sobreexplotado” y ayudas

Entre los discursos destacó el de David Huertas, representante de los alumnos. Contó el camino “del hobby a la profesión” y habló de la “explosión de sensaciones” que para todos los estudiantes supuso coincidir en las aulas con tantos aspirantes a artistas de distintas partes. La sorpresa mayor fue constatar “que aquello no era un juego”, que en las aulas se dibujaba el “futuro” y que en esa aventura estaban todos “unidos por la ilusión y la esperanza”. Huertas no obvió las carencias de cualquier arranque, lo mismo de formación que de material, como ese escenario “chiquitito y sobreexplotado” del salón de actos al que sacan “el máximo rendimiento”. El director aprovechó la presencia de un emisario del área territorial Madrid Sur de Educación para comentar que con Apple trabajarían mejor que Microsoft (“con un Mac…”, sugirió) y el jefe de estudios subrayó que necesitan un pabellón más para el instituto y que les valdría “con un prefabricado en la explanada del recreo”.

La concejal de Cultura elogió al Rayuela como “centro vivo, valiente y dinámico”, agradeció a la Administración regional su “sensibilidad”, y alabó esta modalidad de bachillerato, porque “ofrece un plus: una mejor organización de los tiempos”, al permitir que los estudiantes de música, danza y artes escénicas no tengan que sobrecargar el día compatibilizando el bachillerato común con las clases vespertinas en conservatorios de música y escuelas de danza y teatro.

El futuro

Con independencia de la senda que tome cada alumno –los hay que se van a presentar a las pruebas de acceso a la Real Escuela Superior de Arte Dramático, por ejemplo-, los responsables del Rayuela esperan marcar una impronta: “Trabajaréis como músicos, bailarines o actores y se os olvidarán muchas cosas de las aprendidas, pero las buenas costumbres quedarán y os ayudarán en vuestro futuro”. Trabajo, esperanza, aprendizaje. Los profesores, también; lo recordó el jefe de estudios con palabras de Cicerón: “Si quieres aprender, enseña”.

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Cantera

Aprendizaje intensivo ¡en vacaciones!

Los jóvenes interesados en la expresión corporal, los métodos coreográficos, la interpretación, la música y la danza no se oxidaron en las últimas vacaciones. Para combatir el tedio de otros parones navideños en casa, la Concejalía de Juventud deslizó un curso intensivo de artes escénicas. ¡Seis horas diarias de clase! ¿Alguna protesta? “Se nos hacían cortísimas”, celebraron varios alumnos, satisfechos con “el nivel” de la actividad. “No queremos entretener a los jóvenes sino conseguir que se realicen en la ciudad en que vivimos”, resumió la concejal de Juventud, Eva Sánchez.

“Me apunté para aprender cosas nuevas”, justificó el mayor del grupo, Alejandro, de 34 años. Cuando llegamos al sótano del centro cultural Villa de Móstoles, donde se impartía el curso, encontramos a Alejandro vestido al estilo flower power para la última actividad del curso. A sus compañeros del servicio de Bomberos del aeropuerto de Barajas les habría costado reconocerlo con ese peinado y las gafas creciditas. “Hay muchos cursos donde te enseñan una coreografía, pero aquí no sólo hemos aprendido a bailar, nos han enseñado expresividad, cómo utilizar el cuerpo, hemos interactuado con los compañeros”. No es de extrañar que Alejandro pidiera “más cursos así y más largos”. “Es una forma de empezar”, respondió la concejal. La base es un hecho: las Navidades de 2010 quedarán como aquellas en que la actividad formativa no se detuvo. Aprendizaje intensivo en vacaciones.

“Calidad”

La titular de Juventud introdujo un matiz sobre la concepción de los cursos también en las Navidades: “Queremos que los jóvenes aprendan cosas. No queremos entretener sino conseguir que se realicen en la ciudad en que vivimos, y eso se consigue ofreciendo calidad”. La de Melpómene, en el caso de las artes escénicas. Daniel Corcobado, profesor de hip hop, danza contemporánea y música, puso un ejemplo de la óptica novedosa del curso: “Les he enseñado a analizar una base musical para coreografiar, les he mostrado que se baila con la música y hemos enfocado el trabajo hacia la interpretación del propio cuerpo”.

Alejandro Cavadas, director de Melpómene, dijo que se habían centrado “en el conocimiento del cuerpo y la acción”. Con acierto, a juzgar por los testimonios. Jennifer, 16 años y estudiante de primero de bachillerato en el instituto Manuela Malasaña, comentó que había “disfrutado muchísimo aprendiendo” y que las seis horas diarias de tarea “se hacían cortísimas”. Loca por el baile, se apuntó al curso intensivo de artes escénicas “para probar estilos diferentes”. En el futuro se ve estudiando “la carrera de danza española: quiero ser profesora de baile”.

En 2011 más, y con muestra

A pocos metros bailaba una alumna que ha seguido ya el itinerario soñado por Jennifer y que le lleva delantera por edad; se trataba de Esther, que a sus 22, es profesora de baile en un gimnasio y en un colegio y le falta un año para terminar la carrera de danza española. Esther baila desde los cuatro años y aprovecha toda oportunidad para progresar, también en las vacaciones.

Mientras rellenaban el cuestionario sobre el curso preguntamos a Sara y a David. Ella, 14 años y alumna del Octavio Paz, fue escueta: “¡Me gusta el baile!”. Él, de 16 años y estudiante del instituto Rayuela, se extendió algo más: “Estudio Artes Escénicas y pensé que el curso intensivo me podía venir bien, y así ha sido. Este año he hecho algo en vacaciones”. Y en 2011 más. Curso intensivo, y una muestra con lo aprendido por los alumnos, para que padres, amigos y demás puedan disfrutar con el nivelazo escénico de los jóvenes mostoleños, como hicimos los invitados a la clausura del curso.

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Batallando

“El voluntariado social engancha”

Los jóvenes con discapacidad intelectual de Móstoles salen en grupo algunos fines de semana: a la bolera, al cine, de callejeo por Madrid y, cuando pueden, de viaje. “Intentamos que sean actividades normalizadas”, comenta Javier, uno de los voluntarios de Afandem que los acompañan. Aún quedan tipos que se cambian de mesa al verlos llegar, pero la gran mayoría saluda la iniciativa y la alegría que propagan. La Concejalía de Juventud ha otorgado su primer Reconocimiento al Voluntariado a los componentes del servicio de Ocio de Afandem por compartir su escaso tiempo libre de estudios y trabajo. Los premiados no se dan importancia: “El voluntariado social engancha, aporta tanto que es muy difícil dejarlo”, apunta Beatriz.

“Al principio la gente se asombra, pero luego te apoyan, valoran lo que haces y te sorprenden: recuerdo una vez en que íbamos con 15 chicos y al entrar en el local uno de los clientes nos invitó, emocionado”, observa Javier, delante de muchos voluntarios de Afandem. A unas pocas sillas de distancia asiente Beatriz, que lleva cuatro años disfrutando de la tarea y encajando dolorosas paradojas: “Hemos ido a macrodiscotecas conocidas y todo ha ido muy bien, y resulta que a veces simplemente vas a comer algo a un sitio y te encuentras con que un padre cambia de mesa al vernos llegar”. La estupefacción no les hace cambiar el rumbo integrador. Al contrario, perseveran: “Hace tiempo íbamos de fin de semana a albergues perdidos, pero desde el año pasado vamos a capitales de provincia porque así la actividad es más normalizadora”, recalca Javier.

La mitad trabaja

José, responsable del Servicio de Ocio de Afandem, llama la atención del hecho de que el más veterano de los voluntarios lleve menos de seis años de labor. Se debe a que el perfil del colaborador ha cambiado. “Antes había más voluntarios de largo plazo, porque la gente joven tenía trabajos más estables y horarios más razonables”. Entre los voluntarios de Ocio en Afandem hay psicólogos, informáticos, terapeutas, profesionales de los recursos humanos, filólogos, historiadores, traductores... “Más de la mitad trabajan y algunos tienen dos o tres trabajos para poder salir adelante”, explica José y lo compara con el perfil de “hace 8 o 10 años: entonces la gente del voluntariado estaba estudiando”.

Formación, además de “voluntad”

Nuria, que ha vuelto al voluntariado en Afandem, tiene una sensación de “avance” en la labor. ¿Claves? La formación, sobre todo. “La buena voluntad se queda corta y hoy los voluntarios se forman; se ha ido profesionalizando el sector y es importante que haya figuras contratadas en las actividades”. Sale así a colación el voluntariado como cauce para un empleo futuro. Entre los casos, el de Sandra, que después de tres años de ayuda altruista en Afandem, ahora tienen contrato como monitora.

La concejal de Juventud, Eva Sánchez, subrayó que Móstoles tiene una Escuela de Voluntariado Social y que la programación de cursos está abierta a las sugerencias de los jóvenes. El responsable de Ocio de Afandem deslizó una idea al respecto: pidió cursos de fin de semana en la Escuela porque es cuando los voluntarios tienen tiempo para acudir, pues a diario sólo pueden a partir de las siete y media o las ocho de la tarde. La concejal agradeció la propuesta e incidió que envíen los comentarios y alternativas directamente a la Escuela (escuelavoluntariadomostoles@cruzroja.es; tlfs: 91 360 95 90 - 91 330 88 35) para que resulten efectivos en el menor plazo posible.

“Recibir, recibir y recibir”

Muchos jóvenes llegan al voluntariado social de una forma azarosa. “La gente lo que quiere es hacer algo por los demás y no tiene claro en dónde”, resume José. En su retorno a Afandem, Nuria ha percibido “más ganas, ilusión”. Ella recuerda cuando en la Cruz Roja le contaron que ser voluntaria era “recibir, recibir y recibir”. “No me lo creía, pero es así: es mucho más lo que recibes que lo que aportas; ser voluntaria es indescriptible como el sentimiento de amistad o de familia”, expresa Nuria. Lamenta que el perfil de las personas con discapacidad intelectual sea tan desconocido para la mayoría. “Yo no hablaría siquiera de discapacidad, sino de capacidades distintas”. Buscó un símil para ser más ilustrativa: “Yo no sé conducir y me tienen que llevar”. Cuestión de capacidades. “Igual que yo no puedo conducir, ellos no pueden hacer algunas cosas, pero a otros niveles, por ejemplo de inteligencia emocional, algunos de estos jóvenes nos dan mil vueltas”, remachó. 2011 es el Año Europeo del Voluntariado, una ocasión señalada para que se animen los jóvenes de Móstoles que nunca han probado a hacer algo por los demás.

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Deporte

El boxeo enseña “constancia y humildad” a los adolescentes

Adrián, Dimitri, Laura, Zacarías, Fernando Álvaro, Héctor, Iván, Jesús, Dani, Cipri, José, Víctor… La escuela mostoleña de boxeo César Cepeda tiene sus primeros pupilos adolescentes. De lunes a jueves, el subcampeón de España en 2006 les inculca una fórmula válida para dentro y fuera del ring: “Trabajo, constancia y humildad”. César es tranquilizador con los padres (“el boxeo es un deporte más y se empieza sin contacto”) y muy exigente con los alumnos (“si se cuidan, corren y se lo toman en serio, progresarán”). La escuela de boxeo propone entrenamiento, sudor y disciplina, en lugar de parque, aburrimiento y nada.

César Cepeda, salvado del infierno por el boxeo, sueña con ese pupilo al que pueda convertir en campeón. Sabe que será difícil, por circunstancias diferentes: a él su entrenador, Luis “Coraje” Muñoz, tuvo que alejarle de la mala vida (en bit.ly se puede leer su historia de superación); ahora César, como instructor, tiene que sacar a sus pupilos de la buena vida, tiene que hacer que el boxeo resulte a chavales de 14 a 18 años tan atractivo –o más- que la videoconsola, el fútbol de Champions o el garbeo con los amigos. Complicado. “A un adulto lo llamo a casa, si falta, pero con los críos no puedo hacer eso”. Los deberes escolares son prioritarios, e incluso la diversión de los viernes, que han tenido que suspender la clase de ese día de la semana porque, por lo visto, los adolescentes de hoy necesitan esa tarde para desconectar. “Trabajar con chavales de 12 ó 14 años exige más paciencia: les puedo pedir 50 flexiones al principio, pero será en vano, porque llegan sin saber hacerlas, ni tampoco abdominales ni lumbares; me pregunto qué deporte hacen en el instituto…”, afirma el entrenador. A diferencia de los mayores, el gran capital del boxeador adolescente es que “llega sin vicios adquiridos y es una esponja, lo aprende todo rápido, en dos o tres sesiones los tienes ya en marcha”, sonríe.

César nos da todos los detalles moviéndose de punta a punta del gimnasio, controlando el reloj, encargando ejercicios, repartiendo agua, corrigiendo movimientos, que él no para: por las tardes entrena a menores y adultos, en grupos separados, y por las mañanas va a otro gimnasio y dedica horas a su propio entrenamiento. Quizás por eso su hija de 11 años se niega a entrenar. “Dice que es para machorros”, ríe el boxeador, sin dejar de pensar que los chavales “necesitan algo que les atraiga, que les saque de la calle”.

 

Objetivo: “Que sean buenos chicos”

“El boxeo es un deporte: que no me entere yo de que mis alumnos usan el boxeo para montar movidas; si eso ocurriera, los expulsaría, porque quiero que sean buenos chicos”, avisa el entrenador. Tiene perfilado a cada pupilo: sabe quién tiene exámenes, quién puede llegar tarde algún día porque debe ir a la biblioteca y así. Tras una etapa de ocultamiento incomprensible en los medios de comunicación, el boxeo vuelve a ser visible en la televisión en abierto. “Marca TV emite combates cada semana y eso está animando a la gente”. A la escuela llegan jóvenes con el propósito de probar “un deporte distinto”. Cuanto menores mejor, “porque se les puede formar como deportistas y tienen más futuro; eso sí, hay que estar muy pendientes de ellos, recordarles que no pueden fumar, ni beber ni tontear con ninguna sustancia”. ¿Y los padres? “Cuando se apuntan los hijos, vienen a algunas sesiones, miran y se quedan tranquilos, se dan cuenta de que aquí se aprende constancia, disciplina, humildad”. El precio por un mes de clases diarias es de 25 euros, frente a los 40 euros que les cuesta a los adultos. La progresión del neopúgil “depende de la constancia”. Algunos como “Adri” apuntan maneras y el entrenador sabe cómo conducirlo. “Le digo que esto es para hombres, que se quite los pendientes y que aquí no se viene con calzones caídos ni tonterías”, comenta con la complicidad del aludido. Otros como Álvaro vienen con algo aprendido de otros gimnasios, por lo que ya ha empezado a “guantear” con adultos, pero con suavidad. “Hasta los que apuntan maneras necesitan tiempo; mínimo 10 meses o un año”, acota.

Escuela César Cepeda
c/ Pintor Zuloaga, 2 (gimnasio Sport Line)
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Rincón

Móstoles encesta con “el Estu”

El baloncesto tiene un nuevo apellido esta temporada: integrador. Los responsables son el Servicio de Ocio de la Asociación de Personas con Discapacidad Intelectual de Móstoles (Afandem), el Ayuntamiento y la Fundación Estudiantes, que han creado una escuela de baloncesto. “El Estu” tendrá una cantera extra, ilusionada e impetuosa como pocas: jóvenes con discapacidad intelectual que entrenan en el pabellón Benito Pérez Galdós. El vicealcalde, Daniel Ortiz, acompañó a los flamantes baloncestistas en su presentación en el Palacio de Vistalegre.

 

Cuestionarios

Estefanía Talavera, estudiante de Turismo

  • Un libro: “Esclava blanca”, de Edward Rosset.
  • Un disco: El Canto del Loco.
  • Una película: “Pearl Harbor”, de Michael Bay.
  • Una comida: El cocido de mi abuela.
  • Un proyecto: Un trabajo estable que me guste, con el que me sienta cómoda y que me permita viajar y vivir.
  • Un sueño: Conocer todo el mundo, de Argentina a Alaska.
  • Una pesadilla: La muerte de un ser querido.
  • Un lugar de Móstoles: El Soto.
  • Una afición: Leer y viajar.
  • Te diviertes con: Mi perra Xena, la princesa guerrera.
  • Una debilidad: El vinagre (aceitunas y berenjenas) y las chuches.
  • Un color: El verde.
  • Un olor: A mar.
  • ¿Qué cualidad prefieres en la gente? Sinceridad.
  • Un héroe/heroína: Mi madre, ¡la mejor del mundo!

Fran Díaz, estudiante y bloguero solidario

  • Un libro: “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”, de Stieg Larsson.
  • Un disco: El último de Amaral.
  • Una película: “Avatar”, de James Cameron.
  • Una comida: Lentejas.
  • Un proyecto: Tener muchos animales.
  • Un sueño: La inmortalidad.
  • Una pesadilla: Dejar de respirar.
  • Un lugar de Móstoles: El Soto.
  • Una afición: Las plantas.
  • Te diviertes con: El Club del Chiste.
  • Una debilidad: Los animales.
  • Un color: El rojo.
  • Un olor: A hierbabuena.
  • ¿Qué cualidad prefieres en la gente? La honradez.
  • Un héroe/heroína: Una periodista.

Vanesa Escribano Jiménez, filóloga y coordinadora de ocio y tiempo libre

  • Un libro: "Elogio de la locura", Erasmo de Rotterdam.
  • Un disco: Cualquiera de The Doors, o de Nirvana, Mecano o Janis Joplin.
  • Una película: "Flash Dance", porque me marcó en mi afán por bailar.
  • Una comida: Cualquiera, porque me encanta comer; salvo una que no soporto: las coles de Bruselas.
  • Un proyecto: La escuela de baile Dancing Deluxe.
  • Un sueño: Publicar un libro.
  • Una pesadilla: La traición.
  • Un lugar de Móstoles: El parque natural El Soto.
  • Una afición: Baile y deporte.
  • Te diviertes con: Mis amigos.
  • Una debilidad: Mi hermano.
  • Un color: El rojo.
  • Un olor: Amaderado.
  • ¿Qué cualidad prefieres en la gente? La sinceridad y el respeto.
  • Un héroe/heroína: Mi madre.
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