La respuesta sexual se da en todos los niveles de la persona: el cuerpo experimenta cambios, la mente con las sensaciones y pensamientos, y la parte social por el deseo de comunicarnos con otras personas a través del placer. Se da con pareja, sin pareja, con la imaginación y la fantasía, y con el estímulo de cualquiera de nuestros sentidos: vista, gusto, olfato, tacto y oído. El ser humano es capaz de controlar los impulsos y permitir o no el completo desarrollo de la respuesta sexual, dependiendo de las condiciones personales psicológicas y sociales que hayan desencadenado esta respuesta.

La respuesta sexual se va modificando a lo largo de la vida. La persona cambia, su cuerpo, la manera de pensar, sentir, aprender y saber, las relaciones con los demás y con uno mismo.