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Dirección General de Salud Pública


CONSEJERÍA DE SANIDAD


INMIGRACIÓN Y SALUD


La inmigración no es un fenómeno nuevo, ni restringido a un solo lugar o país. Se desarrolla a nivel mundial, presenta una gran diversidad y se vive de forma diferente en función de las condiciones en las llegan estas personas al lugar de acogida, motivados por cuestiones económicas y laborales fundamentalmente, pero también por causas de guerra, persecución, o crisis humanitarias en sus países de origen. Las condiciones de vida conseguidas en el lugar al que llegan también van a influir notablemente en su salud, contribuyendo a mejorarla o, por el contrario, a aumentar su riesgo de enfermar en función del trabajo conseguido, la vivienda, la integración socio-cultural...


En los últimos años, el patrón migratorio ha variado mucho en la Comunidad de Madrid, pasando de una fuerte inmigración desde el extranjero a principios del siglo XXI, a un descenso de ésta en los años de la crisis, para situarnos en una llegada más moderada de población de origen extranjero de personas que vienen o bien para establecerse aquí, o bien buscando refugio o asilo.


Según datos del Informe de población extranjera empadronada en la Comunidad de Madrid de 2018Este enlace se abrirá en una ventana nueva, a fecha de 1 de enero de ese año, vivían en nuestra comunidad 893.276 personas de origen extranjero, lo que supone el 13,4 % de la población total (6.683.405 personas). El 94 % de ellas tienen tarjeta de residencia, lo que permite un mejor acceso de esta población a los servicios sanitarios, sociales, etc., y aproximadamente un 72 % trabajan en sectores como la hostelería, el comercio, el servicio doméstico o la construcción entre otros.


La media de edad es de 34 años, confirmando que suele ser población joven la que migra, sin enfermedades crónicas y con buen estado de salud que tratan de preservar y conservar, puesto que esto les permite el acceso al mercado laboral y a obtener una fuente de ingresos para mejorar sus condiciones de vida y las de sus familias.


Esto también se refleja en el uso de los servicios sanitarios públicos: la Encuesta regional de inmigración del 2016Este enlace se abrirá en una ventana nueva concluye que hasta un 25 % de la población inmigrante en nuestra Comunidad no usó los servicios sanitarios porque no los necesitó, un 59 % hizo uso de la Atención Primaria y un 4,2 5 de las urgencias. Estos datos indican que hacen un uso que se acerca bastante al de la población de origen español. La población inmigrante establecida en España desde hace varios años conoce ya nuestro sistema sanitario y, en general, lo usa adecuadamente.


La situación varía para los refugiados y solicitantes de asilo, así como para las personas recién llegadas: las diferencias culturales y de idioma, el desconocimiento del sistema sanitario y de cómo acceder a los recursos, unido a las barreras en el acceso a los permisos de residencia y de trabajo, a la vivienda, etc. hacen que estos grupos de inmigrantes puedan presentar una mayor vulnerabilidad a la hora de adaptarse a su nueva situación, en un entorno muy diferente al de su origen. Dentro de estos colectivos, las mujeres presentan mayor vulnerabilidad, ya que muchas veces carecen de redes de apoyo social y familiar y se encuentran aisladas, sin conocer sus derechos.


La Administración sanitaria, responsable de garantizar el acceso al sistema de salud de toda la población de la Comunidad de Madrid en las mismas condiciones, viene desarrollando distintas herramientas, estrategias y programas dirigidos a la prevención de enfermedades, la información sobre la utilización de los servicios sanitarios, la promoción y educación para la salud, para lograr mejoras en la salud de estas personas.


El abordaje intercultural, considerando el entorno cultural, la diversidad y el respeto respecto a las diferentes interpretaciones relacionadas con la salud y la enfermedad es fundamental para el entendimiento mutuo entre personas inmigrantes y profesionales de la salud. Aunque podemos hablar a nivel universal del concepto de salud como motor y fuente de vida, ninguna cultura es algo estanco y cada una presenta matices y diferencias respecto a los conceptos de salud y enfermedad y de cómo mantenerse sano, por lo que es importante tener en cuenta el bagaje social y cultural propio y el de las personas que pertenecen a otras culturas, partiendo de sus trayectorias y experiencias vitales, de sus conocimientos previos y sin olvidar sus experiencias y expectativas. No se puede olvidar tampoco que las características de los sistemas sanitarios de los países de los que provienen los inmigrantes influyen también en sus concepciones y cultura sanitaria y en las expectativas sobre los procesos de salud, enfermedad y atención sanitaria.


Concretando algunas medidas establecidas en nuestra comunidad, se ha elaborado recientemente un documento de Salud Pública con un protocolo de actuación sanitaria para personas inmigrantes recién llegadas, en el que se incide en detectar situaciones de vulnerabilidad (menores no acompañados, mujeres embarazadas, personas mayores...), además de medidas para la detección de patologías sufridas en el viaje o en la estancia en el país de acogida (incluyendo estrés postraumático). También se persigue obtener la vacunación de esta población, hasta igualar los niveles de protección con los de la población madrileña; la detección temprana de enfermedades infecciosas, así como la promoción de salud en materia de nutrición, higiene, salud materno-infantil... y educación sanitaria en diversos aspectos que afectan a su salud.


Las medidas dirigidas a la población de origen extranjero que ya lleva varios años viviendo en nuestra comunidad deben ir de la mano con las dirigidas a la población madrileña, a través de la difusión de mensajes culturalmente adaptados, del conocimiento por parte de los profesionales sanitarios de las diferencias culturales en torno a la salud y la enfermedad, del trabajo y la coordinación con las distintas entidades (ONGs) y asociaciones de colectivos de inmigrantes, consiguiendo, en definitiva, la integración normalizada de estas personas en el sistema sanitario.


Para concluir, recordamos que inmigración no es en absoluto igual a problemas sanitarios, sino a retos médicos y sociales, a enriquecimiento cultural en una sociedad moderna plural, solidaria y global, y es tarea de todas las personas, las de aquí y las de allá.


Más información:

https://www.who.int/es/news-room/detail/21-01-2019-21-01-2019-21-01-2019-migrants-and-refugees-at-higher-risk-of-developing-ill-healthEste enlace se abrirá en una ventana nueva