Exposición: "Tránsito" de Cristóbal Aparicio.

Del 11 de mayo al 17 de junio de 2012

Sala de exposiciones temporales



Exposición "Tránsito" de Cristóbal AparicioExposición "Tránsito" de Cristóbal Aparicio Sobre las obras:


Desde un punto de vista material y metodológico, todas las obras son dibujos en la medida en que están realizadas con técnicas y procedimientos tradicionalmente vinculados a esta disciplina. Quiero así defender el dibujo como medio y como fin, tratando de dignificarlo y otorgarle el valor de obra final. Pese a que desde hace tiempo se organizan exposiciones que tratan de concienciar sobre la importancia del dibujo, sigue éste considerado entre muchas personas como un procedimiento apropiado sólo para las fases de estudio y abocetado, para obras gráficas lúdicas, infantiles, como obra interesante sólo como curiosidad o por haber sido ejecutadas por la mano de un maestro y, en general, lejos del concepto de "obra final". No quiero pecar de ingenuo, obviamente cada técnica es más adecuada para según qué fin, pero desde el convencimiento de que ninguna es más (ni menos) que el resto, planteo el ennoblecimiento del dibujo como proceso y como fin, contenedor y generador, además, de todas las posibilidades plásticas de la obra final, sea la que sea.



Sobre su significado:


Desde la parte hermenéutica, las obras son reflejo fidedigno de la tesis del ser humano como ser integralmente en tránsito. Tanto física como psíquicamente, el ser humano toma y vuelca constantemente de lo que le rodea hacia sí y de sí hacia lo que le rodea, lejos del ideal de ser como ente independiente y soberano de la materia y las circunstancias. El ser se forma y diluye en su entorno y no constituye más que un núcleo organizado provisional que sustentará una consciencia. La conciencia de esta circunstancia promueve una pugna por la liberación de las ataduras (limitaciones) propias de nuestra naturaleza. Es una batalla perdida, mas persistimos por la desazón, la incomodidad y, claro, la nostalgia: de deseos de un mundo más ligero, menos denso, pero si fuese más etéreo sería menos apremiante y sentir la torsión y el rugir de las extremidades en esfuerzo, abriéndose paso entre el viento y levantando el cielo es también, dentro del sufrimiento, una esperanza y una ilusión de belleza y acogimiento en el espacio libre que formamos en con nuestro sisífico movimiento.


Cristóbal Aparicio