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  • El proyecto lleva una década de retraso, lo que priva a la ciudadanía del disfrute de ese espacio.

csc caleidoscopioImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextocsc caleidoscopioEn 2008 la Comunidad de Madrid, presidida por Esperanza Aguirre, dio de alta actuaciones de acondicionamiento y reforma del Centro Sociocultural Caleidoscopio de Móstoles, a través del Programa Regional de Inversiones y Servicios de Madrid (PRISMA) por un importe de aproximadamente 1.150.000 euros.


Este proyecto, que ya había sido adjudicado, debía desarrollarse entre 2008 y 2011, pero a día de hoy las reformas ni siquiera han comenzado. Debido a este retraso en el inicio de las obras, el centro tuvo que ser clausurado en 2016 privando de su uso a vecinos y vecinas, ya que, según informes técnicos no era seguro realizar ninguna actividad en él.


Desde entonces, la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Móstoles ha contactado en distintas ocasiones con la Comunidad de Madrid requiriéndole que asuma la responsabilidad sobre las obras de reforma integral que necesita el centro para volver a ser abierto al público.


La respuesta del Gobierno regional del Partido Popular ha sido vaga y, mientras pedían que el Consistorio remitiera la documentación prometiendo que esto agilizaría los plazos, sigue sin haber cambio, transcurridos 6 meses desde la última comunicación.


Tras 10 años de espera desde que se adjudicaran las obras, desde el Ayuntamiento de Móstoles se exige una vez más a la Comunidad de Madrid que actúe ya y deje de privar a las vecinas y vecinos de los barrios de Estoril, Nazaret y Villafontana (casi 20.000 residentes en total) del centro donde se realizaban exposiciones, actividades de ocio y cultura, además del servicio de biblioteca.


Gabriel Ortega, concejal de Cultura de Móstoles, señala que "reclamamos a la Comunidad de Madrid, responsable de la ejecución de la obra, que acometa de una vez el proyecto y la gestión de los trámites, habiendo recibido hace ya más de dos años comunicación sobre las prioridades para este Ayuntamiento" y subraya que la Comunidad debe "dejar de dilatarla y ponerse a trabajar, el pueblo de Móstoles no se merece tener su centro cultural cerrado y esperando obras durante una década".


De este modo, en el próximo Debate del Estado del Municipio, el grupo Ganar Móstoles incluirá entre sus resoluciones que el Ayuntamiento reclame el inicio del proyecto de reforma integral del Centro Cultural Caleidoscopio a la Comunidad de Madrid.


Inversión desigual


A su vez, también se dieron de alta en el Plan PRISMA las actuaciones en el Centro Cultural El Soto pero, mientras que las características y presupuestos iniciales de ambos centros eran prácticamente iguales, el desarrollo de las obras fue muy distinto. La licitación para la reforma integral del Centro Cultural El Soto se incrementó llegando a ser su presupuesto final de 2.350.176 euros.


Pese a que ambos centros culturales tienen la misma superficie (1.804 metros cuadrados) y se encontraban en una situación de deterioro similar, de modo que el equipo técnico recomendaba la reforma completa, el dinero destinado por la Comunidad de Madrid para acometer las obras era muy diferente.


Por este motivo, el Ayuntamiento aportó un listado de reformas necesarias y ordenadas de forma prioritaria por su necesidad al Gobierno regional, pidiendo que se incluyera este programa de actuaciones en el pliego de la licitación.


La última propuesta de la Comunidad de Madrid para reformar el centro no implica el proyecto integral que necesita y únicamente pone parches a los problemas estructurales. Mientras, en el Centro Caleidoscopio se caen los cristales de las ventanas, las goteras provocan inundaciones, no se cumple la normativa de prevención de incendios y no tiene un sistema de ventilación y climatización adecuado.


Ahora se trata de dos proyectos distintos y, mientras que uno de ellos ha recibido financiación por encima de lo presupuestado, el otro no se ha comenzado a ejecutar.


Esta diferencia de inversión obliga a gastar una parte menor del remanente adjudicado al proyecto al que se adjudicó, ya que el total destinado a ambas actuaciones se ha repartido de forma desigual.